jueves, 27 de mayo de 2010

Articulo: un resultado final.

El siguiente artículo refleja un duro esfuerzo y trabajo continuo que tuve que ejercer durante el semestre para obtener un resultadoo gratificante, que si bien no fué el ser publicado en el periódico El Sextante, será el de ser publicado en la web.
Enfermedad y abandono, dificultades del adulto mayor.
La población del adulto mayor es una de las que más vulneración tienen en sus derechos, en el ámbito nacional e incluso mundial, y el evidente abandono familiar los ha hecho un blanco fácil para no recibir una atención oportuna, especialmente en la salud.
En el barrio Villa del Socorro hay una esquina que sobresale. Es de un color blanco al que se le notan los años y palidece ante la falta de ayuda. Cuatro habitaciones en la planta baja, patio delantero y trasero, cinco habitaciones más en la planta alta. En esa casa, conocida como el Asilo Obreros de la paz, conviven veinte ancianos; cinco de ellos comparten, entre el silencio y las miradas, el abandono familiar y una salud deteriorada.
Estas personas hacen parte de la población de adultos mayores del departamento de Antioquia, que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) ha venido aumentando de manera precipitada desde el año de 1973 en un 3.5% anual, a tal modo que en el 2010 se estima una población de 201.603 personas entre los 60 y 64 años de edad y 79.988 mayores de 80 años.
Muchos de los adultos mayores que viven en el asilo sobrellevan su vida en medio de la soledad, algunos sobreviven con unas pensiones exiguas que reciben como resultado de una vida de trabajo y otros dependen de la caridad de las personas que les quieran ayudar, porque sus limitaciones tanto físicas como mentales dificultan su diario vivir.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define el término como la agrupación y cumplimiento del bienestar físico, psicológico, social, de participación y del medio ambiente de las personas. Es evidente que esto no se cumple en el caso de los adultos mayores de Obreros de la Paz porque allí solo se les puede atender en las necesidades más básicas como alimentación y algunos medicamentos.


SIN ECONOMÍA NO HAY SALUD.
La Ley 1315 del 2009, que vela por el bienestar del adulto mayor, exige a los establecimientos que los atienden, una cantidad de recursos que no todos los asilos, especialmente los que son sin ánimo de lucro tienen, ya que no cuentan con la estabilidad económica que se requiere.
La casa del asilo Obreros de la Paz deja ver la necesidad económica que padece, pues solo algunas familias aportan, eventualmente, una cuota mensual para el sostenimiento. Esto representa para el director Orlando David un esfuerzo mayor porque debe cuidar a los ancianos y desarrollar estrategias para que el dinero alcance.
“Hace un año aproximadamente tuve que llevar un paciente a la Unidad Intermedia de Santa Cruz por un problema neurológico y por no tener $100.000, casi se muere en la camilla”, cuenta Orlando.
El director de la Corporación Obreros de la Paz comenta que “a ellos les hace falta apoyo social y económico, y sin dinero es muy difícil que los atiendan en los centros de salud, además de la mala atención que tienen con los usuarios del SISBEN, les cobran un platal, por eso hago el esfuerzo para pagarle a un médico particular que viene dos veces en la semana, compro lo que él me dice y sigo sus recomendaciones, me sale más efectivo y no los tengo que mover ya que hay muchos que no pueden caminar”
No todos los refugios para ancianos pasan las mismas dificultades. El asilo Los Ciruelos del barrio El Poblado ofrece otras condiciones. Según Elizabeth Londoño Toro, gerontóloga jefe del lugar “los usuarios del asilo se sienten como en un hotel cinco estrellas, ellos cuentan con apoyo familiar, social, económico e incluso cultural, y si de atención a enfermedades se refiere, tienen seguros y la estabilidad económica de cubrir cualquier enfermedad, por eso no sufren para nada en este lugar”.
ENFERMARSE CUESTA.
Lourdes Rivera no tiene un asilo como Orlando, pero sí cuida de dos adultos mayores que viven solos al lado de su casa “La señora está en estos momentos en el hospital y me va a tocar ir a la Alcaldía a ver quién me puede ayudar, porque no tengo el millón de pesos que me exigen para cuando se le dé de alta” comenta triste Lourdes, mientras reitera que la salud para los viejos, cuesta mucho.
Para nadie es un secreto que la salud, aunque es un derecho en el país, presenta unas condiciones muy complejas. “El Estado no está velando por la salud completa de los adultos mayores, ellos deben hacer una pirámide poblacional, donde se identifiquen claramente los problemas y de allí establecer políticas que los beneficie de verdad, porque en este país tener carné, no es tener salud y eso que Medellín, siendo una ciudad muy organizada es la que más beneficio tiene” argumenta Gloria Patricia Gallo, estadista de la unidad hospitalaria de Santa Cruz.
Pero, según Nicolás Nieto Valencia médico cirujano de la Universidad de Antioquia El Plan Obligatorio de Salud (POS) sí entrega las drogas que contemplan como necesarias para los pacientes. “Dependiendo las enfermedades se les receta a los pacientes lo que necesitan, teniendo en cuenta que los adultos mayores padecen principalmente la diabetes, hipertensión, artritis reumatoidea, cáncer y enfermedades degenerativas como tal, así que se les brindan las ayudas y drogas que subsanen directamente su enfermedad”.
Sin embargo la falta de dinero es el factor principal para que los adultos mayores dejen de comprar los medicamentos, como es el caso de una adulta mayor del Asilo Obreros de la Paz que no cuenta ni con $5.000 para reclamar la droga que su médico recetó.
SOLUCIONES.
Cuando los usuarios no reciben la atención requerida la acción de tutela es el mecanismo que utilizan como solución.
Para Ana Patricia Aristizábal Gómez, personera delegada para los derechos humanos de la Personería de Medellín, “la acción de tutela es un mecanismo por excelencia contemplado en la Constitución Política de Colombia para la defensa de los derechos humanos. La mayoría de acciones de tutela son empleadas para reclamar por el derecho a la salud, y la tercera edad sigue siendo una de las poblaciones más vulneradas y acceden a ella constantemente”.
La solución en cambio para Orlando David David es seguir trabajando por los ancianos que están a su cargo, “yo no soy capaz de dejarlos abandonados, ellos me consideran como su único apoyo, su único familiar y por eso no los dejaré a su suerte, seguiré trabajando y buscando más recursos”
Para el ministerio de la Protección Social parte de la solución es cerrar los establecimientos que no cumplan con toda la reglamentación de la ley 1315. El Ministerio anunció que aún no se ha definido la fecha y las condiciones para hacer efectiva la medida, pero que exigirá las mejores condiciones para la atención de los adultos mayores.
Entre tanto, las exigencias que el Estado hace no son impedimentos para que Orlando David mantenga abierta las puertas de su institución, él dice que “a pesar de la angustia que siento se lo dejo todo a Dios”.
También el centro de salud de Villa del Socorro es una posibilidad de atención, pero según María Selene Bonilla enfermera del lugar, la falta de apoyo y acompañamiento familiar a los adultos mayores dificulta actividades como los talleres de hipertensión arterial y diabetes, puesto que es difícil llegar a ellos para que los conozcan.
No sólo este centro de salud quiere ayudar y aportar a una solución, también la Secretaría de Bienestar Social a través del programa Amautta, está dando una ayuda económica con un subsidio de alimentación al cual lamentablemente no todos acceden porque no tienen la edad requerida (mayores de 60 años), no tienen quien los ayude a reclamar la ayuda o por simple desinformación.
Para los adultos mayores del Asilo Obreros de la Paz y para todos los que tienen una situación similar, la atención en salud se complica, no sólo por el paso de los años y el deterioro físico que éstos traen consigo, sino también porque no cuentan con los recursos económicos y el apoyo familiar para cubrir todo lo que necesitan y subsanar las enfermedades que los limitan.
Muchos de ellos sienten que están de sobra en el mundo y que lo único que pueden hacer es esperar a que les llegue la muerte.